Catedral Metropolitana de San Salvador

La ciudad de San Salvador ha tenido en su historia tres catedrales debido a desastres que destruyeron la edificación. La primera catedral se ubicaba en el sitio de la antigua iglesia parroquial y donde hoy está la iglesia el Rosario, al oriente de la Plaza Libertad. La segunda, y también la tercera catedral, se ubicó frente a la Plaza Gerardo Barrios  de San Salvador, también conocida como Plaza Cívica que en su costado occidental se levanta el Palacio Nacional. La catedral tiene una historia de tragedia y de renacimiento.

Antigua iglesia parroquial y primera catedral

Litografía coloreada de la antigua iglesia parroquial y primera catedral de San Salvador en 1867

Cuando la villa de San Salvador se trasladó desde su sitio original en el valle de la Bermuda cerca de Suchitoto (lo que es el sitio arqueológico de Ciudad Vieja) al valle de Zalcoatitán o de las Hamacas (donde se encuentra actualmente) se destinó un predio al oriente de la Plaza Pública (también llamada Plaza de Armas o Plaza Mayor, hoy Plaza Libertad) para construir la parroquia de la población, en el mismo sitio donde desde fines del siglo XIX estaría la iglesia El Rosario.[1]

Debido a los terremotos que asolaron San Salvador, la parroquia fue varias veces destruida y reconstruida; así, por el terremoto del 21 de abril de 1594, quedó sepultado bajo los escombros del templo el párroco Francisco Ramos. Para cuando la ciudad fue visitada por Pedro Cortés y Larraz, arzobispo de Guatemala (en cuya jurisdicción se encontraba la entonces alcaldía mayor de San Salvador), varios de los edificios de la ciudad se veían arruinados a causa de los temblores.[1]

Los terremotos del 30 de mayo de 1776 y 2 de febrero de 1798 dejaron inutilizado el templo parroquial, viéndose en la necesidad de reconstruirlo; mientras tanto, se utilizó como parroquia provisional la iglesia o ermita de la presentación (más adelante denominada iglesia del Pilar o de San José, que quedó en ruinas luego del incendio del 8 de diciembre de 1975). Sería hasta 1808 que inició la construcción del nuevo templo, gracias a la iniciativa del presbítero José Matías Delgado que desde el 12 de agosto de 1797 se encontraba ejerciendo como vicario provincial y juez eclesiástico del partido de San Salvador; quedando habilitado para el servicio divino en 1811, finalizando su construcción en 1818. Este templo tuvo la forma de una cruz latina, con el eje mayor dirigido de este a oeste, dividido en una nave central y dos laterales; la fachada hecha de sólida mampostería tenía en el rumbo sur una torre para el campanario; las naves laterales estaban hechas en sus fundamentos de piedra y sobre ello de ladrillo; y el techo estaba cubierto de teja.[1][2]

En la parroquia recién reconstruida, el presbítero Delgado cantó el Te Deum el 5 de noviembre de 1811, luego del éxito del primer movimiento independentista; más adelante, sus campanas tocaron a arrebato el 24 de enero de 1814, por órdenes de los presbíteros hermanos Aguilar, durante el segundo movimiento independentista; el 21 de septiembre de 1821, el presbítero José Ignacio Zaldaña cantó ahí el gloria luego que el gobierno de la entonces provincia de San Salvador recibiese la noticia de la independencia firmada el 15 de septiembre de ese año.[1]

Desde 1770 se buscaba que San Salvador fuese sede de su propia diócesis, separada de la de Guatemala. Debido a la falta de voluntad de las autoridades, y al considerar que luego de la independencia los gobiernos de las provincias heredaban el patronato regio que anteriormente tenía el monarca español, el 30 de marzo de 1822, la junta de gobierno de la provincia de San Salvador declaró al presbítero José Matías Delgado (entonces también gobernante de la provincia con el título de jefe político) como obispo de San Salvador; esta decisión fue ratificada con el congreso de la provincia el 10 de noviembre de ese año, y luego por el congreso constituyente del estado del Salvador el 27 de abril y 4 de mayo de 1824; el 5 de mayo de 1824, Delgado tomó posesión como obispo en presencia de los diputados del congreso constituyente y el jefe político del Estado Juan Manuel Rodríguez, y con discurso dado por el exrector de la Universidad de San Carlos de Guatemala el presbítero José Simeón Cañas. Debido a la oposición del obispo de Guatemala fray Ramón Casaus y Torres, principalmente por la pérdida de los diezmos provenientes del territorio salvadoreño, el papa León XII condenó la decisión de las autoridades salvadoreñas y obligó a Delgado a retractarse de su elección por el obispo, lo que así se realizó, por lo que el territorio salvadoreño permaneció unido a la diócesis de Guatemala, manteniéndose en constante disputa las autoridades eclesiásticas salvadoreñas y las de Guatemala durante la existencia de la República Federal de Centroamérica.[1][3]

El 28 de febrero de 1842, por bula del papa Gregorio XVI, se creó oficialmente la diócesis de San Salvador, por la que la antigua parroquia se convirtió en la primera catedral; el 28 de enero de 1843 fue nombrado como primer obispo Monseñor Jorge de Viteri y Ungo, quien tomo posesión de su cargo el 25 de septiembre de ese año.[1]

El templo parroquial, luego catedral, sufrió deterioros por los terremotos del 10 de agosto de 1815, 7 de febrero de 1831 y 22 de marzo y 1 de octubre de 1839. En el terremoto del 16 de abril de 1854, la torre del reloj y campanario de la catedral se desplomó produciendo la caída de buena parte de la iglesia; ante ello las autoridades eclesiásticas, al igual que las civiles, se trasladaron a Cojutepeque, sirviendo como sede provisional del obispo la iglesia de San Sebastián de esa población. La catedral sería reconstruida pero su parte superior en lugar de ser de mampostería fue hecha de madera y lámina. Finalmente el terremoto del 19 de marzo de 1873 provocó su derrumbe definitivo.[1]

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